Tradicionalmente, se ha definido la república como la forma de
gobierno de los países en los que el pueblo tiene la soberanía y
facultad para el ejercicio del poder, aunque sea delegado por el pueblo
soberano en gobernantes que elige de un modo u otro. En la práctica
suele pensarse que la forma de estado de un país
es la monarquía si tiene rey, y república si no lo tiene. Lo cierto es
que una república está fundamentada en el "imperio de la ley" y no en el
"imperio de los hombres". Una república es, de este modo, un sistema
institucional independiente de los vaivenes políticos y en la cual tanto
los gobernantes como los gobernados se someten por igual a un conjunto
de principios fundamentales normalmente establecidos en una
constitución.
"Un montón de gente no es una república" Aristóteles.
Y la constitución, de ser apegada al Derecho, sirve para protegerlo y
definir incluso qué leyes son buenas y cuáles malas en el marco de
referencia constitucional.